Tres amigos que nos visitaron un fin de semana de abril.
Así nos vivimos la caminata al Morado.
Fue un fin de semana muy especial, un lindo reencuentro con los amigos, una agotadora caminata a un bello lugar, un rico asado conversado, un sentimiento de querer volver a vivirlo. El lugar era muy especial, con cada paso que daba, algo maravilloso se revelaba: los colores de las montañas, las nubes con sus formas, los sonidos del agua bajando, el sabor de un agua que brota de la tierra, las conversaciones con los amigos. Volví cansado pero repuesto el espíritu. Gracias totales.
Francisco, abril 2019.-